MARÍA GUADALUPE RICO MARTÍNEZ
Llegaron y partieron en medio de aplausos. Fue
la brigada de 70 experimentados rescatistas
japoneses. Técnicos y expertos en salvamento, 4 perros y 15 toneladas de
equipo. La gente lo sabía y cifró esperanzas en quienes radican en el país mejor preparado, con una
excelente cultura resiliente, enfrentar y sobreponerse a los embates de los
movimientos telúricos.
Japón ha invertido miles de millones de
dólares en desarrollar tecnología avanzada. Después del sismo de 1923, dicen los
expertos, tomaron la decisión de ordenar las ideas alrededor a todo lo que
implica defenderse de este fenómeno natural. Los edificios construidos
cumpliendo determinados parámetros de seguridad. Conseguir que el edificio balancee pero no se derrumbe,
estructuras flexibles admitan cierto grado de deformación, puedan vibrar e
incluso desplazarse ligeramente.
El gobierno federal tiene en la bolsa para
nuevamente erigir infraestructura dañada por los sismos del 7 y 19 de
septiembre, 54 mil 318 millones de pesos
de cinco fondos federales y estatales.
A los líderes de los partidos políticos les
está sobremanera costando meter la mano en
la caja grande, decidir el porcentaje de apoyo, no por ser “hermanitas de la
caridad”, sino porque saben que tendrá enorme costo, ante la proximidad de las
elecciones. Mediante las redes sociales les
han llovido comentarios elevados de tono, surgen del fondo
del corazón del lastimado pueblo que seguimos sin creérselas producto de los elevados
niveles de corrupción. Más vale sean generosos, la ciudadanía podría
cobrárselas muy caro.
Sin embargo, ya con el dinero, lo más
importante será quién y cómo se administre. Parece, surgen resultados de las
edificaciones amañadas levantadas bajo velos de dudas legales posteriores al
sismo de 85. Tal parece que Alejandro Giuliano, director del Instituto Nacional
de Prevención Sísmica de Argentina, conoce
la situación, ya dijo a los mexicanos “los sismos no matan aunque sí las
construcciones vulnerables”.
¡Demasiado que aprender de los japoneses!
BASURA.-Especialistas
ambientales criticaron que el Borde Poniente en la Ciudad de México cerrado en
2011 al llegar al límite de su
capacidad, está recibiendo miles de metros cúbicos de escombro, sin haberse
antes separado para su reciclado.
lupitarico@hotmail.com
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